Rara Resignación

De todas las manos que tuve en mi mano,
de todas las veces que bebí el desengaño,
de sudores y roces, de todo lo amado,
ya no queda más rastro.

A los nuevos dolores que me están esperando,
futuros rencores que estoy imaginando,
a las nuevas caídas, a los rostros extraños,
los estoy esperando

con una especie de rara resignación
y con las ganas aún intactas.
Otros caminos, pero siempre el mismo sol
para alumbrar algún final.

De veladas promesas y sutiles engaños,
de las dudas seguras y posibles fracasos,
de los besos robados y los pasos en falso
ya no queda más rastro.

A las nuevas sonrisas que pasados los años
recuerde en silencio entre vinos y tangos,
a las nuevas caídas, a esos ojos soñados,
los estoy esperando

(Estribillo)

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